Ensayos, artículos y una serie de escritos de reflexión y de opinión.
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martes, 30 de octubre de 2012

El canto y el sentimiento nacional


“(..) Yo he decidido hacer folklore (…) porque es la hija fea de este país. Igual que a los campesinos andinos, de la alta montaña, se le posterga. Es una elección que yo he hecho deliberadamente y sé que es muy difícil”.
(Martina Portocarrero)  


Hace años en una cabina de radio (si mal no recuerdo fue RPP) se entrevistó a algunos interpretes de la música criolla en el Perú sobre la coincidencia festiva entre el día de la canción criolla y la celebración por el Halloween (día de las brujas), a saber,  el 31 de octubre. Una de las preguntas que se les planteó a los entrevistados fue saber si era posible cambiar el día de la canción criolla por el día de la canción peruana (lo que incluiría el reconocimiento y la celebración de los diversos géneros musicales que tiene el país en su conjunto), dado que el Halloween opaca toda celebración por el día de la canción criolla. La respuesta fue negativa. “Una cosa es la música criolla”, respondieron, “y otra muy distinta es la música peruana en general”, cada género musical tiene sus “espacios”.   

Al margen de la discusión entre “criollos” y “no-criollos”, musicalmente hablando la canción criolla en el Perú se encuentra muy lejos de expresar el sentimiento del Perú contemporáneo. Muchos de los intérpretes del “criollismo” redundan en canciones consabidas y mofletudas acerca de un sentimiento y un pasado que ya perdió todo horizonte cultural y capacidad de significación. Por ende resulta muy forzado calificar a la canción criolla como el único referente de “lo nuestro”, sobretodo cuando se pretende que la canción criolla sea el referente de lo nacional. Lo cierto es que la canción criolla languidece en silencio, su expresión musical se entumece en el pasado tan reiterativo de su repertorio musical (tan estéril en el presente). Actualmente la canción criolla no expresa el sentir del Perú contemporáneo porque, no sólo no sintoniza con el presente, sino que ni siquiera expresa, ya no lo nacional, sino lo local o lo barrial (o el “callejón”). 

Pensar lo nacional ha sido un tema de reflexión de los intelectuales durante el siglo XX. Durante el siglo XXI tal tema ha sido soslayado por una serie de razones, entre las que se encuentran las razones y las prácticas políticas. Pero hay un detalle al respecto, a saber, el pensar lo nacional pasa necesariamente por sentir lo nacional. Hay una serie de medios para sentir lo nacional, entendido como un referente cultural de significación. En una sociedad de “cultura oral” como es el Perú, la música tiene un gran poder de significación y sobretodo las canciones que suelen apuntar a hechos que permitan la reproducción de lo nacional.  

La conciencia nacional se encuentra estrechamente vinculada al sentimiento nacional.     Precisamente los hechos de la guerra han sido situaciones en el que se ha generado esa conciencia nacional. Durante la Guerra con Chile, en el siglo XIX, se generó, según el historiador Nelson  Manrique, un “nacionalismo campesino” (muy opuesto a los intereses particulares que defendían los terratenientes), regionalizado y asentado en una estructura de clases, así como por una clara distinción étnica, pero nacional al fin de cuentas. El campesinado peruano ha pensado la nación en función de la lucha, no sólo por la idea de la patria como un significante vacío, sino como fruto de una práctica que le ha permitido reconocerse como parte de un mismo pueblo. Por ello no es casual que durante el siglo XX el sentimiento nacional se encontraba bullente y jubiloso en las provincias del Perú, sentimiento que respondía a una situación de adversidad histórica que el historiador Jorge Basadre llamó erróneamente el “Perú profundo”. 

Entre los géneros musicales que se han producido en el Perú, quien mejor ha expresado esa condición de adversidad y de lucha ha sido el huayno, canto y música por antonomasia del campesinado peruano. Las variantes del huayno se ajustan a su reproducción regional, sin embargo el sentimiento de lo nacional se expresa a partir de lo local. El huayno, así como una serie de géneros musicales que se reproduce en las provincias del Perú, ha acompañado una serie de hechos que han acaecido en la historia del Perú contemporáneo, cuya característica principal en el mercado cultural ha sido formar parte del llamado folklore a partir del cual se le valora u omite. 

El huayno, así como los mates burilados del centro del Perú, ha sido una de las expresiones musicales en el que se ha registrado una serie de hechos que permiten dar significación al  sentimiento de lo nacional por parte del campesinado y las clases populares. Pero no son sólo los campesinos quienes cultivan y aprecian tal género musical, su profesionalización ha sido gradual durante el siglo XX. Precisamente entre una serie de intérpretes y compositores con el que cuenta el huayno, destaca la voz y la personalidad de la talentosa  Martina Portocarrero por interpretar y cultivar el huayno en sus distintas expresiones regionales (ya sea un huayno de Ayacucho, Huaraz, Huancayo, Puno, Cusco y demás regiones del Ande peruano).   
Contratapa del disco Carita de Manzana (2011) de Martina Portocarrero

Carita de manzana es el último disco de Martina Portocarrero producido en el año 2011. Tal disco es un buen ejemplo, entre otros, para entender y reconocer que el sentimiento de lo nacional se produce a partir de la significación del presente y desde lo local. El disco presenta 4 canciones nuevas, 9 canciones pertenecientes a discos anteriores (muchas de ellas ya conocidas que se encuentran en discos como El canto de las palomas, Maíz y Martina en vivo, recital ofrecido en el Teatro Municipal de Lima en 1987) y 2 poemas musicalizados. Las cuatro nuevas canciones del disco son composiciones de Martina Portocarrero y merecen una breve observación.

La primera canción es Carita de manzana, además de darle el nombre al disco, su música es una clamorosa melodía puneña sobre los niños campesinos de Puno que mueren, año tras año, por el friaje.

“Tejiendo estoy el ponchito para abrigarte mi amor
No te mueras mi niñito antes que salga el sol”. 

La canción A los hijos del sol es un canto que recuerda la muerte de aquellos peruanos que fueron acribillados por la represión del Estado en la “curva del diablo”, en aquel funesto “Baguazo” (el 5 de junio de 2009). Un canto por los awajun wampis que fueron muertos por la imposición del gran capital.

“Silban los vientos
cae la lluvia
La montaña del cóndor
toca los cielos
Los awajun wampis
ahora son cóndores
                                                           (…)  
El Amazonas inmenso
está llorando a sus hijos
Sobre sus aguas crecidas
flotan sus nombres queridos. 

La canción Quiero ser presidente es un carnaval ayacuchano que alude a un anhelo popular y nacional, a saber, un país para los peruanos.

“Los pajarillos cantan su hermoso trino
Y el pueblo inmenso forja su destino
(…)
La selva es nuestra, también la costa y la sierra
El agua no se vende, el Perú es todo nuestro.
Oh  mi Sol, oh mi Dios, espíritu de mis ancestros
Yo te escucho, yo te siento
Liberaremos a nuestra patria”.    

Por último, la canción Canto por ti, Perú mío resume en parte la experiencia musical de Martina Portocarrero, así como expresa el sentir del Perú contemporáneo. El Perú contemporáneo se recrea a partir de su historia. El detalle es que para algunos la historia se percibe, se piensa y siente desde, para y por Lima. Por el contrario, la historia del Perú se ha construido por una serie de luchas que se han generado e impulsado desde el interior del país, generando con ello un sentimiento nacional que anima la conciencia nacional. Por ello no es casual que los peruanos en provincia sean los  más nacionalistas y quienes animan con gran esfuerzo, cultural y políticamente, la esperanza por un Perú mejor, a saber, un Perú para todos.


“Al florecer tus cantos una tarde
Y alumbrar tu sol una mañana
Y en ese entonces
eras libre
como el vuelo de campanas.  

A donde voy siempre les hablo de mi patria grande y hermosa
A donde voy siempre les hablo de mi pueblo ayacuchano 
de la amapola y la flor silvestre, de su humildad y su ternura
de la amapola y la flor silvestre, de sentimiento ayacuchano. 

Canto por ti Perú mío para no verte entristecido
Canto por ti Ayacucho para no verte abandonado.   

Tu dolor será el mío aquí estoy pueblo mío
Tu sentir será el mío aquí estoy tierra mía.

Canto por ti Perú lindo
Canto por ti Ayacucho

¿Por qué escogieron mi tierra para un campo de batalla?
Examinen sus conciencias, miren todo lo que han hecho
Huérfanos, niños sin padres, ellos no tienen la culpa
No entienden de ideales, ni de gobiernos corruptos. 

Flor de retama, hierva silvestre
dejo en tus manos a mi Ayacucho. 
Kuntur sagrado, hijos del pueblo
dejo en sus manos al Perú herido. 

Y a la Mamacha de las Mercedes que ilumina nuestras vidas
Y a la Mamacha de las Mercedes [*] que me acompañe en mi camino.      

Canto por ti patria mía
Canto por ti tierra mía
Canto por ti Perú hermoso
Canto por ti pueblo mío”.  



Juan Archi Orihuela
Martes, 30 de octubre de 2012.


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[*] La “Mamacha de las Mercedes” alude a la “Virgen de las Mercedes”. En quechua “mamacha” es “mamita” y se emplea para expresar un respeto familiar a los mayores o a las autoridades del pueblo o, en este caso, a la “patrona” del santoral católico.