“(..) Yo he decidido hacer folklore (…)
porque es la hija fea de este país. Igual que a los campesinos andinos, de la
alta montaña, se le posterga. Es una elección que yo he hecho deliberadamente y
sé que es muy difícil”.
(Martina Portocarrero)
Hace años en una cabina de radio
(si mal no recuerdo fue RPP) se entrevistó a algunos interpretes de la música
criolla en el Perú sobre la coincidencia festiva entre el día de la canción
criolla y la celebración por el Halloween (día de las brujas), a saber, el 31 de octubre. Una de las preguntas que se
les planteó a los entrevistados fue saber si era posible cambiar el día de la canción criolla por el día de la canción peruana (lo que
incluiría el reconocimiento y la celebración de los diversos géneros musicales
que tiene el país en su conjunto), dado que el Halloween opaca toda celebración
por el día de la canción criolla. La respuesta fue negativa. “Una cosa es la
música criolla”, respondieron, “y otra muy distinta es la música peruana en
general”, cada género musical tiene sus “espacios”.
Al margen de la discusión entre
“criollos” y “no-criollos”, musicalmente hablando la canción criolla en el Perú
se encuentra muy lejos de expresar el sentimiento del Perú contemporáneo.
Muchos de los intérpretes del “criollismo” redundan en canciones consabidas y
mofletudas acerca de un sentimiento y un pasado que ya perdió todo horizonte
cultural y capacidad de significación. Por ende resulta muy forzado calificar a
la canción criolla como el único referente de “lo nuestro”, sobretodo cuando se
pretende que la canción criolla sea el
referente de lo nacional. Lo cierto es que la canción criolla languidece en
silencio, su expresión musical se entumece en el pasado tan reiterativo de su
repertorio musical (tan estéril en el presente). Actualmente la canción criolla
no expresa el sentir del Perú contemporáneo porque, no sólo no sintoniza con el
presente, sino que ni siquiera expresa, ya no lo nacional, sino lo local o lo
barrial (o el “callejón”).
Pensar lo nacional ha sido un
tema de reflexión de los intelectuales durante el siglo XX. Durante el siglo
XXI tal tema ha sido soslayado por una serie de razones, entre las que se
encuentran las razones y las prácticas políticas. Pero hay un detalle al
respecto, a saber, el pensar lo nacional pasa necesariamente por sentir lo nacional. Hay una serie de
medios para sentir lo nacional, entendido como un referente cultural de
significación. En una sociedad de “cultura oral” como es el Perú, la música
tiene un gran poder de significación y sobretodo las canciones que suelen
apuntar a hechos que permitan la reproducción de lo nacional.
La conciencia nacional se
encuentra estrechamente vinculada al sentimiento nacional. Precisamente los hechos de la guerra han
sido situaciones en el que se ha generado esa conciencia nacional. Durante la
Guerra con Chile, en el siglo XIX, se generó, según el historiador Nelson Manrique, un “nacionalismo campesino” (muy
opuesto a los intereses particulares que defendían los terratenientes),
regionalizado y asentado en una estructura de clases, así como por una clara
distinción étnica, pero nacional al fin de cuentas. El campesinado peruano ha
pensado la nación en función de la lucha, no sólo por la idea de la patria como
un significante vacío, sino como fruto de una práctica que le ha permitido
reconocerse como parte de un mismo pueblo. Por ello no es casual que durante el
siglo XX el sentimiento nacional se encontraba bullente y jubiloso en las
provincias del Perú, sentimiento que respondía a una situación de adversidad
histórica que el historiador Jorge Basadre llamó erróneamente el “Perú
profundo”.
Entre los géneros musicales que
se han producido en el Perú, quien mejor ha expresado esa condición de
adversidad y de lucha ha sido el huayno, canto y música por antonomasia del
campesinado peruano. Las variantes del huayno se ajustan a su reproducción
regional, sin embargo el sentimiento de lo nacional se expresa a partir de lo
local. El huayno, así como una serie de géneros musicales que se reproduce en
las provincias del Perú, ha acompañado una serie de hechos que han acaecido en
la historia del Perú contemporáneo, cuya característica principal en el mercado
cultural ha sido formar parte del llamado folklore a partir del cual se le
valora u omite.
El huayno, así como los mates
burilados del centro del Perú, ha sido una de las expresiones musicales en el
que se ha registrado una serie de hechos que permiten dar significación al sentimiento de lo nacional por parte del campesinado
y las clases populares. Pero no son sólo los campesinos quienes cultivan y
aprecian tal género musical, su profesionalización ha sido gradual durante el
siglo XX. Precisamente entre una serie de intérpretes y compositores con el que
cuenta el huayno, destaca la voz y la personalidad de la talentosa Martina Portocarrero por interpretar y
cultivar el huayno en sus distintas expresiones regionales (ya sea un huayno de
Ayacucho, Huaraz, Huancayo, Puno, Cusco y demás regiones del Ande
peruano).
Contratapa del disco Carita de Manzana (2011) de Martina Portocarrero |
Carita de manzana es el último disco de Martina Portocarrero
producido en el año 2011. Tal disco es un buen ejemplo, entre otros, para
entender y reconocer que el sentimiento de lo nacional se produce a partir de
la significación del presente y desde lo local. El disco presenta 4 canciones
nuevas, 9 canciones pertenecientes a discos anteriores (muchas de ellas ya
conocidas que se encuentran en discos como El
canto de las palomas, Maíz y Martina en vivo, recital ofrecido en el
Teatro Municipal de Lima en 1987) y
2 poemas musicalizados. Las cuatro nuevas canciones del disco son composiciones
de Martina Portocarrero y merecen una breve observación.
La primera canción es Carita de manzana, además de darle el
nombre al disco, su música es una clamorosa melodía puneña sobre los niños
campesinos de Puno que mueren, año tras año, por el friaje.
“Tejiendo estoy el ponchito para abrigarte mi amor
No te mueras
mi niñito antes que salga el sol”.
La canción A los hijos del sol es un canto que recuerda la muerte de aquellos
peruanos que fueron acribillados por la represión del Estado en la “curva del
diablo”, en aquel funesto “Baguazo” (el 5 de junio de 2009). Un canto por los awajun wampis
que fueron muertos por la imposición del gran capital.
“Silban los vientos
cae la lluvia
La montaña del cóndor
toca los cielos
Los awajun wampis
ahora son cóndores
(…)
El Amazonas inmenso
está llorando a sus hijos
Sobre sus aguas crecidas
flotan sus nombres queridos.
La canción Quiero ser presidente es un carnaval ayacuchano que alude a un anhelo
popular y nacional, a saber, un país para los peruanos.
“Los pajarillos cantan su hermoso trino
Y el pueblo
inmenso forja su destino
(…)
La selva es nuestra, también la costa y la sierra
El agua no se vende, el Perú es todo nuestro.
Oh mi Sol, oh mi Dios, espíritu
de mis ancestros
Yo te escucho, yo te siento
Liberaremos a nuestra patria”.
Por último, la canción Canto por ti, Perú mío resume en parte
la experiencia musical de Martina Portocarrero, así como expresa el sentir del
Perú contemporáneo. El Perú contemporáneo se recrea a partir de su historia. El detalle es que para algunos la historia se percibe, se piensa y siente desde, para y por Lima. Por
el contrario, la historia del Perú se ha construido por una serie de luchas que se han generado e impulsado desde el interior del país, generando con ello un sentimiento nacional que anima la conciencia nacional. Por ello no es casual que los peruanos en provincia sean los más nacionalistas y quienes animan con gran esfuerzo, cultural y políticamente, la esperanza por un Perú mejor, a saber, un Perú para todos.
“Al florecer tus cantos una tarde
Y alumbrar tu sol una mañana
Y en ese
entonces
eras libre
como el vuelo de campanas.
A donde voy siempre les hablo de mi patria grande y hermosa
A donde voy siempre les hablo de mi pueblo ayacuchano
de la amapola y la flor silvestre, de su
humildad y su ternura
de la amapola y la flor silvestre, de sentimiento ayacuchano.
Canto por ti Perú mío para no verte entristecido
Canto por ti Ayacucho para no verte abandonado.
Tu dolor será el mío aquí estoy pueblo mío
Tu sentir será el mío aquí estoy tierra mía.
Canto por ti Perú lindo
Canto por ti Ayacucho
¿Por qué escogieron mi tierra para un campo de batalla?
Examinen sus conciencias, miren todo lo que han hecho
Huérfanos,
niños sin padres, ellos no tienen la culpa
No entienden de ideales, ni de gobiernos corruptos.
Flor de retama, hierva silvestre
dejo en tus manos a mi Ayacucho.
Kuntur sagrado, hijos del pueblo
dejo en sus manos al Perú herido.
Y a la Mamacha de las Mercedes que ilumina nuestras vidas
Y a la
Mamacha de las Mercedes [*] que me acompañe en mi camino.
Canto por ti patria mía
Canto por ti tierra mía
Canto por ti Perú hermoso
Canto por ti pueblo mío”.
Juan Archi Orihuela
Martes, 30 de octubre de 2012.
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[*] La “Mamacha de las Mercedes” alude
a la “Virgen de las Mercedes”. En quechua “mamacha” es “mamita” y se emplea
para expresar un respeto familiar a los mayores o a las autoridades del pueblo o,
en este caso, a la “patrona” del santoral católico.