En el Perú hay una serie de
canciones que animan las luchas de liberación nacional y popular. Por obvias
razones su difusión se encuentra ajena a los grandes medios de comunicación. La
producción y composición de muchas de aquellas canciones datan del siglo
pasado, específicamente, entre las décadas de los años 70 y 80. Lo encomiable y
significativo de esas canciones, que en muchos casos se contrapone a la
ausencia de composiciones en el presente, es que fueron interpretadas en los
diversos géneros de la música popular peruana. Aunque claro, hay una gran
ausencia de canciones y de la música popular de la amazonía peruana al
respecto. A pesar de la ausencia del canto de la amazonía peruana vale conocer
algunas de ellas (de las que he considerado unas seis canciones) porque
expresan el sincero sentimiento de lucha del pueblo peruano.
Al margen de todo juicio
antojadizo, muchas de aquellas canciones fueron compuestas y cantadas con gran
coraje. Y además muchas de aquellas canciones forman parte de un material
discográfico (obviamente fragmentado) para entender por otros medios al pueblo
peruano.
La canción De España nos llegó Cristo
es un tondero, canto y ritmo de la costa norte del Perú, cuya autoría le pertenece
al poeta peruano César Calvo. Fue grabada e interpretada por el grupo peruano
Tiempo Nuevo en 1983, aunque el poema data de 1970. La canción (y poema a la
vez) compendia históricamente las razones que animan las luchas de liberación
nacional a partir de reconocer nuestro pasado colonial. Históricamente el Virreinato
del Perú consolidó un poder colonial a través del esclavismo negro y la servidumbre
indígena generando en el seno del pueblo relaciones de dominación colonial que
se van a prolongar hasta toda la historia republicana, cuya dominación fue legitimada
ideológicamente por la religión del judeo-cristianismo. Por eso el tondero
expresa un enfático ánimo popular que cuestiona ese lado negativo y funesto del
colonialismo hispano.
De España nos llegó Cristo
pero también el patrón,
el patrón igual que a Cristo
al negro crucificó.
(…)
Con sangre de
cuatro siglos
forje una
bandera roja
Y a mi modo
lo torié. [Pulse Aquí ]
La bandera roja forjada tras el
colonialismo, hecho al que alude el tondero, se explicita en la Canción del poder del grupo Tiempo Nuevo. La Canción del Poder es un huayno
sureño, canto del ande peruano, que animó (o pretendió animar) las luchas
campesinas en el Perú, tras la “toma de tierras” durante los años 70.
Campesinos a vencer
Por la tierra y el poder
(…)
Junta el martillo, junta la hoz
Son herramientas de nuestra unión
Con el arado será el fusil
nueva herramienta del porvenir
Todo el pueblo a vencer
a luchar por el poder. [Pulse Aqui ]
Ese ánimo de insurrección no fue
un hecho excepcional en el Perú, formó parte de un gran coro que animó las
luchas populares en muchos países de Nuestra America. Específicamente en el
Perú por aquel entonces aún se mantenía fresco el recuerdo de las guerrilleras insurgentes
como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (MIR) durante la década de los 60. El clasismo era tan palpable
en aquella década que muchos artistas populares se sumaron con su canto a
apoyar y animar las luchas del pueblo. El grupo Los Proletarios de Apurimac interpretó,
en sintonía con las luchas populares de aquel entonces, el huayno Fuerza Proletario.
Proletario, somos fuerza
somos vida, somos amor
(…)
Unidos todos lucharemos
contra el hambre, contra el dolor
con nuestro emblema la justicia
siempre arriba el proletariado
“¡Tierra o muerte! ¡Venceremos!”
así cantaba el campesino
por muchos
años explotado
por miserables terratenientes
Arriba los pobres del mundo
de minas, fábricas y chacras
Mujeres, pescadores y albañiles
Unidos todos por nuestro Perú. [Pulse Aquí ]
La canción El clamor de los humildes de M. Jiménez, e interpretada por
Martina Portocarrero, es una muliza del centro del Perú. Su difusión popular se
dio en un contexto en que la subversión estalló nuevamente durante los años 80.
La canción sintonizó con el sentir del pueblo en un contexto en el que la
imagen del subversivo se había cristalizado en el imaginario de la burguesía
peruana y en el de la pequeña burguesía limeña como sinónimo de “pobre, andino
y no-blanco” (cholo, serrano y demás epítetos espetados con desprecio). La
polarización política en el Perú no fue solamente de clase, sino también polarizadamente
“étnica”.
Nuestra patria cada día más ajena
empeñada a los amos extranjeros
Que a pesar de tener tantas riquezas
nos convierten sólo en cholos pordioseros
(…)
Pero el hambre, la injusticia y tanta ofensa
nos obligan a tomar otro camino.
Con el Huaytapallana [1]
no desmayaremos en nuestra lucha
Huancayo, para todo el Perú. [Pulse Aquí ]
La canción El futuro será nuestro es un vals peruano compuesto por Edwin
Castro y Luis Salazar allá por los años 70 para animar las luchas del
sindicalismo obrero y que posteriormente se actualizó durante los años 80. Los
años 80 fueron años de represión para el movimiento popular, la sospecha y la
acusación de estar a favor de la subversión armada generó encierros indiscriminados
en el seno del pueblo, algo tan frecuente en la vida ya tan golpeada de las
clases populares, en medio de ese contexto el vals fue actualizado por el Dúo
José María Arguedas. El mencionado vals es el canto de un preso político que a
pesar de la adversidad del encierro sigue animando las luchas de pueblo obrero
y campesino del Perú.
No encerrarán en cárcel tus años juveniles
como encierran los míos en esta oscura celda
No irás a decir con temblorosos los ojos
añorando el paisaje de la patria querida.
(…)
No
serán prostitutas las hijas del obrero
pan
y salario habrá de su trabajo honrado
Se acabarán las lágrimas del hogar proletario
Si el presente es de lucha, el futuro será nuestro. [Pulse Aquí ]
Asimismo durante la década de los
80 el cantautor Eugenio Vicuña Yacarine compuso una canción llamada La Francisca, un panilivio con festejo
(que son parte del ritmo negro del Perú). El maestro Eugenio Vicuña fue, entre
otros, uno de los trovadores del pueblo que animó la cultura y la música
popular en la ciudad. Hace algunos años el grupo Los Cholos han rescatado la
canción La Francisca, cuya difusión en estos tiempos posmodernos y neoliberales
en el Perú, resulta más que sugerente, algo urgente.
Me han dicho que la Francisca votó por los patrones
¿Si? Por los patrones, mujer.
(…)
Al igual que esta negra muchos pobres se engañaron
regalaron su esperanza al que a todos ha estafado
Y
ahora muchos pobres, compadre, se han resignado
Compadre, los han golpeado
Y dicen que a este mundo, compadre, nadie lo cambia
nadie lo salva, compadre, jodido anda.
A esta forma de complejo la alimentan los patrones
nos inventan oraciones
nos dicen que el cielo es nuestro.
(…)
Con el voto no acabó, la lucha recién comienza
Agrúpate con valor, acaba la indiferencia.
(…)
Únete con tus hermanos y el pueblo vencerá. [Pulse Aquí ]
Juan Archi Orihuela
Miércoles, 16 de enero del 2013.
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[1] El Huaytapallana es uno de
los nevados del centro del Perú. En el Perú los nevados andinos son los grandes
dioses montaña para los pobladores andinos. Los pobladores del centro del Perú
tienen al Huaytapallana como su dios
tutelar al que se le suele pedir protección y ayuda mediante “pagapus” (ritual
andino que consiste en dar ofrendas al cerro o nevado). Por eso en la canción
se apela a la fe popular del pueblo andino que siempre ha depositado su
confianza en el poder de aquella conocida divinidad andina.